La felicidad de los patos


Los patos tienen mala prensa, aceptémoslo.
Suelen ser personificados como gruñones y malhumorados. O en el mejor de los casos, como hipocondríacos depresivos, que a la larga... ¡terminan siendo cisnes!
Son también objeto de la maledicencia popular.
¡Quiero denunciar que se trata de una campaña de prensa de aquellos que odian a los patos!
¿No me creen?
Prueba ineluctable: de no ser así, ¡no se hablaría tanto de los defectos de los patos!
Posteo, volviendo al tema ilustración, un dibujo que hice para preescolares, donde los chiquitos visitan una bucólica granja, alimentan gallinas, chanchitos y patos, cómo no.
Y allí van ellos, patos felices, entusiastas, criollazos, arrojados, ignorantes de que con cada paso que den, pasarán a la historia con una cagada.