Hubo que soportar los consabidos lugares comunes, las estupideces, las operaciones. Los cálculos y los olvidos.
Mientras tanto y no sé por qué, me acuerdo de los versos que me cantaba, como jugando, mi abuela Carmen.
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo,
y al lado del ángel rubio,
y junto al ángel trigueño,
aunque la Vírgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo,
y al lado del ángel rubio,
y junto al ángel trigueño,
aunque la Vírgen sea blanca,
píntame angelitos negros.