Esta ilustración la hice para Editorial Santillana.
Independientemente de la fascinación que nos causan los grandes saurios, es una verdadera fortuna para todos que los mamíferos hayamos prevalecido.
Podemos decir con orgullo que de esa minúscula rata que se oculta temerosa en el rincón derecho de la escena, pasamos a trepar los árboles para salvar el cuero y, mientras los gigantes se extinguían, ganamos valor, descendimos de las ramas, perdimos el pelaje y nos erguimos. Dominamos el fuego, y en muy poco tiempo, la técnica, el entorno, los elementos.
Elevo mi copa de leche por esa victoria de la evolución ¡y que sigan los éxitos!
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