No sé si opinarán Uds. lo mismo que yo, pero nadie canta el tango hoy como Lidia.
Lidia Borda busca en viejos registros canciones casi olvidadas –calculo en parte porque nos hemos ido quedando sin cantores decentes, y ya nadie se atrevía a cantarlas– y nos devuelve esa espontánea felicidad parecida a un estado de gracia que encarna la música popular bien (en el caso de Lidia, más que bien) interpretada.
Eso, nada más.
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